Hay quien dice que el mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación. Quizás tengan razón, pero también es cierto que el mundo real nos sorprende mucho más que el imaginario. Después de todo, el mundo imaginario está limitado a nuestras propias experiencias y las miles de mutaciones que podamos hacerle...pero el mundo real está abierto, un misterio fuera de nosotros mismos en el cual cualquier cosa puede suceder y sorprendernos, cambiarnos la vida en cuestión de segundos, minutos, horas o días...su capacidad transformadora es inalcanzable e incomparable a la del mundo imaginario. Por ello vale la pena, abandonar de vez en cuando la imaginación y vivir la realidad. 



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